El editor, ilustrador e historietista se une a la galería de galardonados del TRAN de la Memoria, un premio honorífico coordinado por Dionisio Platel con el que desde la Asociación Aragonesa de Autores de Cómic se pretende recuperar la figura de destacados historietistas aragoneses y contribuir con ello a su divulgación y reivindicación.
MIGUEL NAVARRETE Y GARCÍA DE GALDEANO
Editor fundamental en los primeros tiempos de los tebeos infantiles
Zaragoza, 1873 – Barcelona, 1920
De Miguel Navarrete y García de Galdeano, litógrafo, solvente ilustrador e historietista de la generación pionera, se puede escribir mucho, aunque de esta tarea no se haya ocupado nadie todavía. En este humilde homenaje, por disponer de un espacio limitado, solamente vamos a dar unas breves pinceladas de su extensa producción profesional y de su importante labor en el sector editorial.
Sus padres fueron Miguel Navarrete y Navarrete de Puerto Real (Cádiz) y María Concepción García de Galdeano y Yanguas, oriunda de Pamplona (Navarra). Ella era hermana de Zoel García de Galdeano y, por consiguiente, nuestro galardonado fue sobrino del famoso matemático, muy vinculado con la ciudad de Zaragoza.
Toda su carrera artística la realizó Navarrete en Barcelona, ciudad a la que se trasladó en una fecha que aún desconocemos. Sus comienzos fueron como colaborador asiduo en la empresa de publicidad de otro gran aragonés, Julio Víctor Tomey: la Agencia Víctor y Compañía, fundada en 1893. Para ella ilustró el primer número de los cuadernillos llamados Vistas Completas de España, estaba dedicado a Cuba y vio la luz en 1897. Durante algún tiempo, todavía sin datar pero aún en el siglo XIX, dibujó chistes y chascarrillos, escritos por Tomey, que se ocupaba desde su agencia de venderlos a diversos periódicos de toda la geografía nacional. Años después, esos mismos chistes verían la luz en su mayoría en varias obras antológicas y recopilatorias de Tomey como la Biblioteca Cómica del Viajero, editada en cuatro tomos por la Agencia Víctor en 1903; Mil y una curiosidades, editada por la misma casa en 1905; los cuatro volúmenes de la Biblioteca Cómica publicados por Toribio Taberner en ese mismo año, a la vez que reeditaba la Biblioteca Cómica del Viajero; en un volumen con una selección de chistes ilustrados titulado Pitorreos, libro editado por Centro Editorial Presa en 1906; y otro muy parecido salido de la casa Víctor bajo el nombre de Carcajadas en 1908. A la vez realizó historietas desde 1898 a 1902 en varias revistas ilustradas como Álbum Salón, El Gato Negro, Frégoli, L’Esquella de la Torratxa, El Álbum de la Mujer, Los Problemas de la Higiene o Pluma y Lápiz, en las que publicó trabajos cortos de una sola página, algún chiste gráfico aislado y contadas ilustraciones. Varios ejemplos de historieta aparecieron años más tarde, desde 1907, en la revista Hojas Selectas, editada por los hermanos Salvat.
En 1902 Navarrete realizó varias colaboraciones para Pons y Cía. Editores, como las ilustraciones del libro El Oráculo de los Niños y varios cuadernos de la colección de pasatiempos para niños titulada Garabatos, donde aparecieron también algunas historietas cortas. A principios del siglo XX se estableció como fotograbador, primero en la calle Aragón, 168, para pasar a finales de 1901 a la calle Rosellón, 102, y ya en 1904 se instaló definitivamente en la misma calle pero en el número 204. «Autotipia, zincografía, fotolitografía, tricomía. Reproducción de planos, mapas, música, etc. Especialidad en el fotocromo a dos o más colores; retoque de fotografías para la confección de catálogos, postales, vistas…» así rezaba su cartel propagandístico. Muy importante fue su colaboración durante esos años con la revista Mercurio, fundada en Barcelona por el economista y comisionista José Puigdollers y Maciá, para la que realizó la gran mayoría de fotograbados artísticos, tanto es así que Navarrete dejó su rúbrica en ellos. Esta labor la desarrolló hasta mediados de los años diez.
A partir de 1909, también colaboró como ilustrador de coloridas y efectivas portadas en la Editorial Bauzá, cuyo propietario Bartolomé Bauza Roselló confió en Navarrete para dar visibilidad en los quioscos a las colecciones de folletines Raff-Card y Nick Winter, además de ejecutar variadas ilustraciones que sirvieron de cubiertas de su extenso catálogo de libros y novelas. Y otro tanto hizo en la Casa Editorial Maucci; quizás lo más conocido fue una colección editada en fascículos en 1913, titulada España en Marruecos, escrita por Augusto Riera y muy difundida en nuestro país, pero también la parte visible de varios libros escritos por José Brissa como La guerra Italo-Turca, La revolución de julio en Barcelona, La revolución portuguesa o La guerra de los Balkanes, además de volúmenes más lúdicos como el titulado Un millón de chistes, o libros de aventuras de Emilio Salgari, entre otros variados productos.
A partir de 1908 y hasta 1915 aproximadamente, Navarrete colaboró con otro gran editor que contribuyó enormemente a la producción y distribución de folletines y periódicos infantiles, hablamos de Juan Bruguera Teixidó (Barcelona, 1885-1933), quien ha pasado a la historia por ser el fundador y editor del célebre Pulgarcito, creado en 1921. Para él realizó Navarrete, con su inconfundible estilo de estética romanticista, dibujo realista y de precisas líneas, la mayoría de las ilustraciones de cubierta de las colecciones de folletines editados por Ediciones Populares, que así se llamaba por entonces la casa editorial de Bruguera: ¡Viva España! Los Héroes del Riff; Los apaches de París; Los bandidos de Calabria; El Capitán Fantasma; Carlos II el Hechizado o el poder del Santo Oficio; De ladrón a policía, aventuras del jefe de ronda Gerónimo Tarrés; Las escuadras de Cataluña; Los dramas de la Inquisición; Don Juan de Serrallonga; Rifle Certero o la esclavitud de los negros; Los grandes revolucionarios; Fulber el aventurero o los buscadores de oro; Gog, el pequeño saltimbanqui; Los Borgias o la tiara, el puñal y el veneno; o Historietas y Cuentos Baturros (reeditados los dos últimos en 2018 por Taula Ediciones), por citar algunos títulos del amplio catálogo de esta casa editorial. Sin olvidar su colaboración en la revista galante El pobre Valvuena, también editada por Bruguera en 1910, para la que tan solo realizó su cabecera firmada con el seudónimo Peneque. Suponemos, dadas las características de las publicaciones de Ediciones Populares, que todas las cubiertas de sus folletines fueron, además de dibujadas por Navarrete, impresas en su taller de fotograbado.
El semanario festivo KDT. en su segunda etapa dirigido por Carulla y Compañía e impreso por la imprenta La Catalana, contó desde julio de 1914 con un surtido de sugerentes chistes gráficos de Navarrete que, para la ocasión, firmó con varios seudónimos como C. Rojo (leído [Cerrójo], firma que fue utilizada años más tarde y asiduamente por su hijo Miguel Navarrete Padrós) y Zamba. Con esta última rúbrica firmó Navarrete la ilustración que sirvió de portada para KDT. número 136 en septiembre de 1914, el que dio fin a la etapa de Carulla. La acreditada cabecera de carácter sicalíptico pasaría entonces a ser editada por Buigas, Pons y Compañía, con quienes continuó colaborando Navarrete hasta principios del año siguiente. Además, alrededor de 1916 o 1917 Navarrete ilustró magníficamente varias colecciones de cromos publicitarios, impresos en técnicas litográficas, que sirvieron de reclamo de varias afamadas casas de chocolates, la mayoría de ellas con el trasfondo de la I Guerra Mundial: La Conflagración Europea, La Guerra Europea, La Guerra en el Aire, La Guerra en el Mar… así como la colección de indumentaria y rangos militares titulada Instrucción Militar Ilustrada, cuyo primer cromo contenía los retratos de los monarcas Alfonso XIII y su esposa María Eugenia. En esa misma época tuvo también una etapa como ilustrador de folletones. Son sobradamente conocidos los dibujos a color que hizo para las obras del célebre Luis de Val: Los ángeles sin pan o la explotación de la mujer; o Las culpas de los padres, pero también lo fue de otros autores similares como Antonio Contreras o Guelfo Paoli en distintas casas editoras como la de Antonio Virgili, Francisco Torrens o Marcelino Bordoy.
Pero si por algo tiene que pasar Miguel Navarrete y García de Galdeano a la historia, es por ser, junto con su hijo Miguel Navarrete Padrós (Barcelona, 1897-1918), el responsable del periódico infantil CHARLOT. Una publicación pionera en su época, una revista de historietas anterior a TBO, que permaneció ocho años en el mercado, desde febrero de 1916 hasta agosto de 1924, pero que a día de hoy es totalmente desconocida aunque sea un referente en la historia del cómic español. En ella, Navarrete realizó muchas ilustraciones e historietas, la mayoría de ellas con el artista cinematográfico que daba nombre a la cabecera como protagonista, firmando con su nombre y con varios seudónimos como Zamba o T. Gringo (leído [Te jeríngo]).
Fue, además, el primer editor que publicó al famoso escritor oscense Ramón José Sender Garcés (Chalamera, Huesca, 1901- San Diego, Estados Unidos, 1982). Y ello gracias a los detectives Cocoliche y Tragavientos, personajes creados en historieta por Miguel Navarrete Padrós que aparecían en la revista CHARLOT. Cosecharon tal éxito que Miguel Navarrete decidió lanzar una colección de folletines semanales narrando sus peripecias, encargo que se le encomendó al joven Sender, en aquel tiempo un colaborador espontáneo de la revista, en quien vieron la suficiente calidad y una desbordante imaginación. Fue tal el alcance y la repercusión de la primera colección titulada Cocoliche y Tragavientos, los reyes del detectivismo (que constó de treinta y tres números y varias reediciones), que Navarrete publicó dos series más: los seis números de Infancia y juventud de Cocoliche y Tragavientos y finalizó con los veintiún cuadernos de la Segunda serie de las famosas aventuras de Cocoliche y Tragavientos. Aparecieron las tres colecciones en 1917 y 1918 y todas ellas contaron con las ilustraciones de cubierta de Navarrete padre.
Pero la mala suerte se cebó con los Navarrete, que editaban también con éxito otro semanario infantil llamado Suplemento del semanario Charlot, de menor tamaño y precio que la cabecera principal y que permaneció en vigor al menos durante 181 semanas, entre 1917 y 1920. Primero el hijo mayor, Miguel Navarrete Padrós que firmaba C. Rojo (leído [Cerrójo], rúbrica que ya había utilizado su padre), falleció prematuramente de tuberculosis a los 21 años de edad el 16 de octubre de 1918, dejando viuda a su joven y reciente esposa Joaquina Socias Egea y un brillante porvenir; y, poco después, su padre, Miguel Navarrete y García de Galdeano, nuestro homenajeado, que murió a los 46 años de una hemorragia cerebral el 27 de marzo de 1920, dejando su carrera en pleno apogeo y suponemos que con variados proyectos que no pudo llevar a cabo. La Editorial Charlot pasó a manos del resto de la familia: Emilia Padrós Sans, viuda de Navarrete García, y sus otros tres hijos, entre ellos Chita Navarrete, que prolongaron su singladura unos años más, hasta 1924. Y no solo continuaron con CHARLOT, sino que también lanzaron al mercado varias cabeceras de periódicos infantiles con historietas como El y Ella, Grafic-Cinema, Tomasín y ¡Pí.Piip!, el principal responsable de esta última fue Jesús Sánchez Tena, el malogrado ilustrador de Pedrola (Zaragoza), que estaba casado con Chita Navarrete Padrós.
Queremos dejar constancia y reiterar de nuevo la gran importancia que tuvo la figura de Miguel Navarrete y García de Galdeano para el desarrollo y la evolución de la industria de los tebeos en nuestro país, en unos tiempos en los que editar periódicos infantiles con historietas fue un floreciente y lucrativo negocio.
Texto escrito por Dionisio Platel Platel, historiador de la historieta, investigador, coleccionista y editor en Taula Ediciones.
Nota sobre las ilustraciones
Todas las ilustraciones que acompañan este artículo son escaneados de la colección particular de
Dionisio Platel.
Para acreditar el texto o citarlo:
Platel Platel, Dionisio (septiembre 2024). Miguel Navarrete y García de Galdeano. Premio TRAN de la Memoria 2024.
